5 abr 2015

Carta desesperada de un nieto sin consuelo

Extrañar tanto que duele
Suprimir para no caer.
Dormir para no pensar.
Cómo superar que te fuiste? Cómo superar que ya no te voy a abrazar más?
Siempre pienso en el último día que nos vimos. Fue algo tan insuperable, intente hacerte sentir lo mejor que pude. Intentaba estar bien por fuera para que vos estuvieras bien. En los momentos que sentía que no iba a poder más apretaba mi alma y te mostraba una sonrisa.
Cuando te fuiste un mundo se me derrumbó, no sabía qué hacer, la desesperación me invadía y no podía entender que no iba a tenerte más, que no te iba a poder decir más que te amaba. Y me duele tanto que no lo soporto. Puse mi vida en automático y me estanque. Te extraño
No podía dejar de verte en todos lados, no podía dejarte ir y todavía no puedo. Sos una de las cosas más inportantes y lindas que la vida me dio. Y que te haya sacado así como si nada me desarma. Me deja en la nada.
Me levanté una mañana porque te había soñado. Soñé que volvías, soñé que en realidad nunca te habías ido. Nos abrasabamos y te decía que te amaba. Que no quería que vuelvas a irte. Y el abrir los ojos y descubrir que no estabas conmigo me destruyó. Te extraño.
Hay cosas que nunca se superan
Hay varias formas de morir y estoy segura que los seres humanos morimos más de una vez en cada vida.
Te extraño tanto que no lo soporto. Hay situaciones para las que no estamos preparados. Hay situaciones que simplemente no las pensamos porque tenemos esperanza o solo somos negadores ante la remota idea de perder a alguien que amamos con tanto espíritu.
Abuela sos mi luz al final del camino. Algún día voy a llegar al final y me gustaría verte ahí. Me gustaría poder abrazarte y decirte que te amo. Me gustaría poder hablar con vos y reirnos como cada tarde. No te puedo dejar ir abu, no te voy a dejar ir. Espero estés bien en dónde sea que estés. Vos te mereces lo mejor que se puede concebir en todos lo mundos que existen.
Te mereces la felicidad eterna. 
Mi desahogo de dolor, amor y desesperación es este. Vos sos una de mis partes y siempre lo vas a ser. No tengo manera de describir el amor que siento por vos y la tristeza que tengo al no tenerte más. Esta es una carta desesperada para poder decirle al mundo lo buena que fue mi abuela. La extraordinaria persona que fue la mujer que marcó una gran parte de mi vida. Es una carta para dejar sentado que Emma Rosa fue la mejor abuela que existió y va a existir. Es una carta desesperada de un nieto que no encuentra consuelo. Es una carta inagotable, imposible de releer por el simple hecho de que hace referencia a uno de los hechos más aberrantes que hay. La partida de un abuelo. Es algo de lo que nunca te recuperas. Es uno de los primeros grandes golpes que te da la vida. Y te muestra que todo termina. Que si sos feliz por mil cosas, también van a haber otras mil cosas por las que vas a ser infeliz.
Los abuelos merecen ser eternos. Los abuelos son las almas puras que tenemos los nietos para escaparnos absolutamente de todo y ser felices en un mundo aislado de todo mal. Son la luz del camino, son la seguridad inagotable, son el amor en gran desmedida. Son todo.

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